Con un muñeco de trapo en sus manos, Roberto Corona recorría el salón de eventos en Florida Hotel & Conference Center en Orlando mientras pedía a extraños posar para una foto junto a Robi, el juguete que lo acompaña en sus aventuras.
La reacción era mágica. Responder con una sonrisa a su risa de felpa es casi imposible. El muñeco inspira curiosidad, pero sobretodo alegría con su aspecto infantil y una vestimenta de explorador que incluye una pequeña cámara.
Esta es la misión de Corona, fotógrafo chileno quien ha visitado más de 70 países recolectando sonrisas y las historias de sus protagonistas a quienes hace una simple pregunta ‘¿Qué te hace feliz?’.
El artista comparte los reveladores encuentros en su página web Collecting Smiles.
“Yo no tenía idea que me iba a dedicar a esto, pero cuando partí a mi primer viaje fue la sensación de coger aire. Escapar esa sensación de haberlo perdido todo, pero luego me dí cuenta que ese viaje me ayudó a sanar. A recuperarme a mí mismo”, aseveró Corona.
Irónicamente, el concepto es algo que Corona descubrió cuando alguien le quitó mucho más que su sonrisa.
Tras ocho años desarrollando su empresa en Chile, la compañía audiovisual especializada en bodas fue saqueada, según Corona, quién dice el robo destruyó su compañía en 2012. “Después del robo entendí que necesitaba hacer una pausa. En ese ritmo acelerado de vida que tenía”, recordó.
El productor de eventos lamentó todo el tiempo que dedicó al trabajo sacrificando momentos con familiares y amigos.
Sin nada que perder, “porque lo había perdido todo”, decidió hacer realidad uno de sus más preciados sueños. “Yo nunca hice un plan para viajar el mundo, porque quizá si lo hubiese hecho todavía estaría en casa juntando el dinero para viajar. Cuando yo tenía los recursos para viajar no tenía el tiempo para hacerlo y cuando lo perdí todo entendí que mi mayor recurso era mi libertad y mi tiempo”, dijo el chileno de 37 años.
“La felicidad es algo intangible, no es algo material”
ROBERTO CORONA, FOTÓGRAFO
Para costear sus travesías, ofreció sus servicios en diferentes países, una iniciativa que fue posible en parte gracias a portales como la comunidad AirBnB y Couchsurf, que conectan a viajeros con anfitriones en todo el mundo.
Nace Robi: un regalo de amor y esperanza
Sus padres y su hermana Suiyin Corona crearon un muñeco para que lo acompañara en esta travesía. Lo hicieron a mano y se esmeraron para que se asemejara a Corona, a quienes no veían en las fotos al estar detrás de la cámara. “Todos contribuyeron. Mi mamá recortó diferentes sonrisas para ver cual le quedaba mejor. Mi papá trajo su primera cámara y se la colgó a cuello para que fuera fotógrafo igual que yo. Mi hermana fue poniéndole el peinado, la ropa para que se pareciera a mí y todo eso hizo que el muñequito tuviese un significado especial”, resaltó Corona.
En cada detalle, dijo Corona sus familiares dieron vida a un símbolo de amor y esperanza. “Si escuchas con atención, al abrazarlo podrás percibir el latido de su corazón de muñeco, que transfiere toda la buena energía y amor que ha coleccionado alrededor del mundo”, resaltó Corona.
Lo bautizaron como Robi, no solo similar a su primer nombre, sino que sus siglas simbolizan “Respeto, optimismo y bienestar inspirando al mundo a creer en la belleza de sus sueños”, según lee la misión del portal Collecting Smiles.
El secreto de la felicidad
Seis años y medio más tarde, las vivencias en cada destino le han revelado el secreto de la felicidad. Uno de estos se dio en, Orlando, Florida, ciudad que, a juzgar por las fotografías de Robi junto personajes como Mickey Mouse y Aladino, es bastante frecuentada por Corona.
Durante su última visita en agosto pasado vivió un momento inesperado y mágico. La fecha coincidió con el evento Discover Your Beauty, un desfile de belleza que honra a mujeres que luchan contra el cáncer.
Selene Vargas posa junto al muñeco Robi Smiles del fotógrafo Roberto Corona. El encuentro durante el desfile Discover your Beauty forma parte de la página Collecting Smiles donde Corona comparte imágenes de personas sonriendo en todo el mundo. (Cortesia / Cortesa)
“En esta ocasión aprendí que las casualidades no existen, cada situación que vivimos en nuestra vida tiene una causalidad”, reflexionó Corona. “Que mi visita a Orlando haya coincidido con la fecha de este evento, me hace pensar que era la razón por la que debía estar presente en tan hermosa jornada.…me permitió conocer las historias de personas inspiradoras, un ejemplo de lucha y perseverancia”, añadió.
Una de ellas es Selene Vargas, una madre que batalla contra una recurrencia de la enfermedad. “Tiene dos hijos que se han transformado en la fortaleza que le permite seguir adelante, toda su familia estaba presente en el evento, un claro ejemplo de amor y perseverancia, sentí su energía llena de paz interior. Una mujer para admirar”, detalló Corona, quién inmortalizó su encuentro en una sonriente imagen de Vargas.
La sonrisa un lenguaje viral
Con el auge de plataformas como Instagram y Facebook Corona ha logrado llevar estas fotografías a cada rincón del mundo. En su página, cientos de fotos celebran la belleza de diversos países que conecta mediante sonrisas que trascienden fronteras. “Uno de los países más especiales fue Filipinas”, recordó Corona.
Al sur de esa isla, en una zona humilde, le fue revelada por primera vez el secreto de la felicidad, declaró Corona.
Una familia le dio alojamiento tras conocer del programa Collecting Smiles. “Me recibieron con tanto amor, con tanta alegría que el cansancio de ese viaje desvaneció completamente y me entregué a ese cariño”, relató Corona.
Luego, le revelaron la razón de su felicidad en medio de la naturaleza. “Al día siguiente estaba saltando desde cascadas, nadando con tiburones ballenas en el oceano abierto, compartiendo cenas y almuerzos donde toda la familia se reúne”, dijo Corona.
El tesoro de esa humilde familia le mostró “que la felicidad es algo intangible, no es algo material. Es una de las experiencias que me marcó”, dijo.
Lo aprendido en estos viajes se convirtió en una filosofía que Corona comparte en charlas motivacionales a las que no puede faltar su fiel acompañante Robi. “Lo que descubrí en este camino de la felicidad era que no tenía que llegar al fin del mundo para encontrarla porque la felicidad esta mucho más cerca de lo que muchos creen”, puntualizó Corona.
Aunque su próxima travesía lo llevará a Hong Kong, Vietnam y España, Corona siente que ya llegó a su destino. “Es el ser agradecido del aquí del ahora y eso es lo que nos conecta con esa abundancia con la prosperidad que nos hace ser libres. Un corazón lleno de gratitud no tiene espacio para el temor porque son dos emociones que no pueden coexistir en un mismo lugar y cuando no hay miedo te atreves a perseguir tus suenos y a cultivar una vida con sentido”, concluyó Corona.
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